Los Abismos Del Alma

LOS ABISMOS DEL ALMA

“El alma no piensa jamás sin una imagen…”[1]

El alma y su posible construcción en imágenes es uno de los pilares en la obra de Antonio Navarro.

Con referencias explicitas al alma y su posible transformación en imagen, han aparecido hasta el momento tres series:

La primera de ellas surge en el 2001 bajo el título Los matices del alma una serie de 24 lienzos de diferentes formatos, donde se aborda la transformación constante en la evolución del ser humano y como consiguiente del alma que se aloja en su interior. Un trabajo con referencias plásticas a “Suport&Surface” y al trabajo de Piero  Manzini.[2]  Propuesta como la que aquí se analiza donde el monocromo es el eje vertebrador.

La segunda propuesta aparece en el 2002, El peso del alma serie de 18 elementos poéticos con el peso exacto de 21 gramos. Peso que pierde el ser humano en el momento que expira, por lo tanto una demostración científica de la existencia del alma[3].  Referencias constructivas claras a la poética visual de Joan Brossa o Josep Sou.

Y por último la serie que aquí se presenta bajo el título Los abismos del alma.

El arte monocromo y la gestualidad del trazo son dos del os ejes vertebradores de este trabajo.

En este proyecto aparecen diferentes puntos de referencia, propios del aprendizaje constante del mundo que rodea en este caso a su creador, así como el descubrimiento de nuevos elementos constructivos de imágenes como es el este caso el carborundo, posibilitando la creación de una serie de estampas cuyo referente visual son paisajes erigidos en el inconsciente,  análogas a la experiencia visual del universo que rodea al autor.

Este último trabajo surge de la observación en este caso del espíritu del hombre en la transposición de la realidad en algo puramente espiritual, del devenir del ser humano en unos tiempos donde la razón a dado paso a la barbarie, el horizonte se restringe, pero se intensifica el sentido dramático de la existencia. Dónde tal vez el único resquicio de cordura pueda hallarse en el arte. Reflexión que ha aparecido en diferentes épocas de la historia, aunque con mayor constancia en el siglo XX.

Por lo tanto, el hilo conductor del trabajo que aquí se presenta aparece sin lugar a dudas antes del romanticismo, esa visión donde el hombre es reverente con el paisaje y le muestra pleitesía, esto aflora de igual modo en la pintura tradicional china que aporta referentes al autor, por conocimiento de parte de esta cultura que proviene de su acercamiento a las artes marciales, al taoísmo y la filosofía Zen.

La relación entre vacío y plenitud, blanco/negro, la búsqueda del equilibrio, son una preocupación evidente en este trabajo, pero no podemos olvidar algunos principios que aparecen en filosofía principalmente taoísta,  donde la lectura de los textos de Laozi y de Zhuangzi, aportan que el estatuto del vacío va más allá << Vinculado al aliento, que es espíritu y materia al mismo tiempo, principio de vida y vida realmente encarnada[4]…>>.

Obras de diferentes maestros de la pintura tradicional china en las dinastías Ming o Quing[5] entre otros. Del mismo modo podemos encontrar estos principios en el maestro calígrafo  Gao Xingjian[6], creador de imágenes sublimes.

Esta creación de paisajes donde el vacío mira hacia la plenitud, rememoran trabajos tan dispares en el tiempo como los de Turner, Friedich y  Rothko pero cercanos en planteamientos estéticos.

Estos artistas están entre los máximos exponentes de lo que se denomina una experiencia estética mística.  Nacida sin duda de la observación del entorno y del interior del creador,  la revisión de la naturaleza y la condición humana del individuo.

Los artistas del romanticismo plasman en sus lienzos <<…la naturaleza como fuerza misteriosa, frecuentemente hostil…[7]>>  donde el ser humano es observador y receptor de su entorno al mismo tiempo que del interior de su alma. Por lo tanto la naturaleza no solo es una fuente de sentimientos, también induce a pensar sobre todo en lo insignificante del ser humano respecto a la inmensidad de la naturaleza “del yo” y de sus fuerzas. Siendo en algunos casos  dudas sobre su verdadera razón de ser,  pues este <<“arte” no nace de la naturaleza sino del propio arte “del propio yo” y no solo amplia una idea del arte sino que es una forma de pensar a través de las imágenes>>[8].

La obra que nos atañe se enlaza visualmente con imágenes creadas por Turner, sus paisajes tormentosos, posible reflejo de un alma atormentada, donde algo inminente esta apunto de suceder.

Asimismo  aparece en la obra gráfica presentada, una nebulosa que surge en el enlace del color negro sobre el blanco del papel otorgándole una vaporosidad sublime[9], que inunda la retina del observador.

Igualmente lo agreste del paisaje se acerca a la obra de Friedrich, donde el individuo observa el paisaje formando parte de él donde se siente sumiso o  su mirada lo transporta más allá del horizonte resguardandose de sí mismo.

Los abismos del alma, están en el límite entre lo abstracto y lo figurativo. Lo que lo adscribe a una propuesta más figurativa es el propio título de la serie. Teniendo en cuenta el folleto de la primera exposición realizada en el Museo  Whitney de Nueva York en 1936  donde se reflexiona sobre el  Arte Abstracto Americano <<…el arte abstracto no invalida el arte figurativo del pasado, sino que más bien, y de un modo que es verdadero reflejo de nuestra época, posee las mismas cualidades que el arte histórico, arte abstracto es una denominación inapropiada: realmente es el más concreto de los estilos artísticos…>>[10] .

En la evolución del propio movimiento aparecerá el Expresionismo Abstracto Americano, en Los abismos del alma diferentes analogías constructivas y esenciales le acercan a este movimiento.  Incluso en sus raíces ancladas en el surrealismo[11]. Lo espiritual  afloran sin duda alguna por las enseñanzas que van recibiendo <<…el artista debe tener en cuenta tres factores al mismo tiempo; la naturaleza y sus leyes, la personalidad del artista, su intuición espiritual y su imaginación, y el medio y las leyes que les son propicias…>>[12] esto se convierte en la trasposición de la realidad en algo puramente espiritual.

Esta búsqueda de imágenes surgidas de inconsciente son sin duda la base de la obra que aquí se presenta, esa introspección que desnuda al autor sobre su percepción de la realidad que acontece a su alrededor, así como las preocupaciones sobre el destino del ser humano en un mundo caótico.

Existe además una semejanza formal y conceptual con los artistas del color-fiel[13]cuyos exponentes más destacados son Still, Rothko y Newman.  Principalmente por la modulación de los valores de luz y sombra que producen una ilusión de volumen en el espacio y si a esto le añadimos las posibilidades expresivas propias del color, encontramos la suma los elementos que se han ido desarrollando hasta el momento como parte de la repuesta a la obra que se muestra en este proyecto bajo el título Los abismos del alma.

Para la creación de Los abismos del alma se utiliza el lenguaje de la obra gráfica alejado de los procesos creativos de los trabajos hasta ahora nombrados, que fueron principalmente pintura, tinta y  en algunos casos la acuarela. Sin embargo, la gestualidad del trazo, la expresividad del color apoyado principalmente a la plasticidad del carborundo, generan movimientos palpitantes en la imagen bidimensional, similares a los campos de color de los expresionistas abstractos americanos, o a los paisajes de los románticos como antes se ha reseñado.

A lo anterior no sé puede obviar la influencia ejercida por José Fuentes Esteve[14] en elautor de este trabajo. Principalmente en el trabajo realizado por este último con el título Raíces[15]esencialmente en la gestualidad y la ocupación del papel con los trazos creados con carborundo sobre la matriz entintados en color negro y transferidos sobre un papel blanco,  limpio lo que le otorga una calidad cromática especial.

Por último destacar la importancia del propio gesto en la elaboración de esta serie, la propia expresividad del trazo que  se convierte en una aventura hacia el interior del individuo en un mundo desconocido, de la imaginación que es libre para la fantasía, reducto de dignidad humana.

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[1] Aristóteles. Acerca del Alma. Gredos. 2000, pág. 28

[2] Rose, Bárbara. Monocromos de Malevich al presente. MNCAR. 2004 pág. 170.

[3] CRIK, Francis. La búsqueda científica del alma. Madrid, Debate, 1994

[4] Cheng, François. Vacío y plenitud. Siruela. 2004, pág. 77.

[5] Ibíd. Pág. 117,  128.

[6] Premio Nobel de literatura año 2000.

[7]Guilio, Carlo. El arte moderno, Akal, 1991, pág. 12

[8] Ibíd…18.

[9] Ibíd. 19….colores exangües…

[10] . Sandler, Irving. El triunfo de la pintura americana. Historia del expresionismo abstracto. Alianza Forma, 1996. pág. 44

[11] Lucie-Smith Edgard. Movimientos artísticos contemporáneos. Barcelona, Destino, 1991. pág. 25

[12] Ibíd. Pág. 50.

[13]  Ibíd. Campos de color cuyos máximos exponentes serían Still, Rothko y Newman pág. 170

[14] Fuentes Esteve, José, Catedrático de Dibujo en la Universidad de Salamanca. Profesor del autor de este trabajo en el curso 03/04.

[15] Aracil Pérez Francesc. José Fuentes, una trayectoria de creación e innovación en el grabado contemporáneo. Valencia, Institució Alfons El Magnànim, 2001.

BIBLIOBRAFÍA

Aristóteles. Acerca del alma. Biblioteca Clásica Gredos. Madrid, Gredos, 2000.

Eco, Humberto. La historia de la belleza. Barcelona, Lumen, 2004.

Argullol, Rafael. La atracción del abismo. Un itinerario por el paisaje romántico. Estética Contemporánea Española. Barcelona, Bruguera, 1983.

Cheng, François. Vacío y plenitud. Biblioteca de ensayo. Madrid, Siruela, 2003.

Crik, Francis. La búsqueda científica del alma. Debate Pensamiento. Madrid, Debate, 1994

Giuli, Carlo. El arte moderno.Madrid, Akal, 1991

Guiu Andreu, Ignacio, Sobre el alma humana. Barcelona, Universitas-17, 1992

Kristeva, Julia. Las nuevas enfermedades del alma. Madrid, Catedra, 1995

Wlof, Norbert. Friedrich. Colonia, Taschen, 2003.

Sandler, Irving. El triunfo de la pintura norteamericana. Historia del expresionismo abstracto. Madrid, Alianza Forma, 1996.

Mark,  Rodko. Comisarios, Oliver Wick, Rosa María Malet. Barcelona, Fundación Joan Miro 2001

Aracil, Francesc. José Fuentes, una trayectoria de creación e innovación en el grabado contemporáneo. Valencia, Institució Alfons El Magnànim, 2001.

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Los abismos del alma como tal aparecen en 2003, tras mis estudios en  el taller de grabado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, dónde tuve la oportunidad de conocer la investigación realizada por los miembros del equipo de grabado José Fuentes Esteve, Concha Sáez del Álamo, María Reina Salas, Carlos Pérez Pérez.

El grabado al carborundo ideado por Goezt a finales de la década de los 60, es revisado por José Fuentes mejorando cuestiones técnicas, mejorando el resultado y obteniendo unas cualidades plásticas excepcionales. El conocimiento de esta técnica de grabado me permite dar rienda suelta a esos paisajes del alma.

En 2005 presentó uno de los grabados de la serie a la Convocatoria de Artes Plásticas de la Diputación de Alicante, donde muestro por primera vez el trabajo, en dicha convocatoria soy seleccionado para la adquisición de la obra, la cual aparece en el catálogo con el ISBN: 978-84-96206-56-4.

En 2006 participó en dos ferias internacionales de mano de la galería Aba Art, y una exposición individual bajo el título ” En los abismos del alma”. KIAF Korea. Art Miami,.

En 2008 presentó una de las piezas a la Convocatoria Internacional INGRAFICA, donde soy seleccionado con otros 50 artistas para participar en un proyecto colectivo. Si bien debo destacar que esta selección me permitió ser becado en el Guanlan Prints Base en 2009.

En este mismo año Los abismos del alma, aparecen en el proyecto “Geografías de lo Humano” con la participación de nueve artistas:

Utilizando la cartografía de las percepciones propias de cada uno de los artista que aquí participa se va trazando el mapa de esta particular Geografía del Ser Humano, un recorrido en bucle entorno al individuo que indistintamente transita entre lo tangible e intangible. Siendo los artífices de este trabajo Hugo García, G. Manrubia, Antonio Navarro, Luisa Pastor, Amparo Pons, Mario Romero, Emilio Roselló, Alfonso Sánchez Luna y MCarmen Zaragoza, los cuales nos acercan a su trabajo más íntimo. Todos ellos abordan esta cartografía desde un lenguaje plástico diferente –fotografía, escultura, poema objeto, pintura, infografía y grabado– un cúmulo de procesos que sin embargo entretejen sutilmente este peculiar atlas.

El blanco y negro aporta una nebulosa que surge del enlace del color negro sobre el blanco del soporte, otorgándole una vaporosidad sublime que inunda la retina del observador. El blanco y negro mantiene un sentido poético a lo largo de toda la producción, confiriendo sentido al recorrido, sin que esto influya de manera concreta en la posibilidad de ciertos matices cromáticos que algunos de los artistas ha incluido en su trabajo.

Luisa Pastor, inicia el recorrido con sus poemas visuales acercándonos a la lágrima provocada por un recuerdo nostálgico de lo que pudo haber sido y no fue, o fue y quedo tan lejos que al final solo provoca añoranza Mª Carmen Zaragoza, analiza la identidad del ser humano desde la mancha de nacimiento sobre la piel, sin embargo su trabajo se extienden hacia la introspección, su pasión por Frida Kahlo queda latente. Las siluetas son obra de Hugo García, marcando un contorno que vacía o llena según cree conveniente, el ser humano se impregna de lo que acontece a su alrededor, se deja inundar del todo o de la nada. Mario Romero con su grupo de esculturas exploradores de la serie “Buscando al hada”, nos muestra ese mundo imaginario en el que buscamos un pretexto para seguir soñando. El trabajo de investigación desarrollado en el campo de la fotografía digital por Amparo Pons, analiza desde la abstracción lo más resistente y frágil del individuo, es decir, su la estructura ósea. Bien es cierto que este es simplemente un referente pues nos da pie a una lectura autónoma. Antonio Navarro con la rotundidad aterciopelada del negro obtenido mediante el grabado al carborundo, presenta sus últimos trabajos algunos de ellos estampados en el Guanlan prints Base, China, de la serie Los abismos del alma, donde ahonda en la soledad del individuo ante la inmensidad del universo. Grisel Manrubia convierte el material usado en sus esculturas en estrofas de un poema que hablan de lo íntimo. Alfonso Sánchez Luna, desde la gráfica nos acerca a su personal visión del Erebo, esa región del inframundo que Virgilio relata en La Eneida, donde el dominio de la técnica le permite crear unas imágenes con una intensidad cromática extraordinaria, así como desvelarnos parte de su ser. Por último Emilio Roselló nos aproxima al paisaje, sus fotografías resultan enigmáticas, tal vez con premeditación y nocturnidad. Un paisaje sombrío que nos atrapa y obliga a observar con detenimiento por si en algún recoveco nos sorprendemos viéndonos agazapados.

Tras esta breve lectura se comprende la razón de llamar a este proyecto Geografías de lo Humano, con el trabajo de estos nueve artistas la realidad se transforma en materia espiritual pura.

La muestra se acompaña de una pieza musical creada especialmente para esta exposición por Antonio Valero, la cual conduce al espectador a través de las notas musicales por todo el recorrido. Añadiendo de este modo un elemento sensorial a la muestra visual.

Texto que aparece en el catálogo Geografías de lo Humano, con el ISBN: 978-84-692-6348.

Este proyecto se pudo ver expuesto en La Sala LLevant de  L´auditori de la Mediterránia de La Nucia.  Espai d´Art Contemporani La Barbera, La Vila Joiosa.  Sala de Exposiciones de la Obra Social de Caja Mediterráneo, Benidorm. Sala Artesfera, Benidorm

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En 2014 una selección de cuatro miniprint son seleccionados para la 34ª edición en el certamen Internacional Miniprint Cadaqués 2014.

Con una itinerancia internacional en el Taller Galería Fort, Cadaqués. Funcació Tharras d´Art Gràfic, Pineda de Mar. Galerie L´Eteng d´Art, Bages, Francia. Wingfield Barns, Wingfield, Reino Unido.

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